Identidad


Los Misioneros Laicos Palautianos siguen a Cristo viviendo el ideal evangélico de la unidad del amor a Dios y al prójimo. La Asociación participa del carisma eclesial de este carmelita teresiano con adhesión al magisterio del Papa y de los Obispos respectivos y se reconoce y define “como Iglesia, en la Iglesia y para la Iglesia”. Por ello, toma como suya la consigna de Francisco Palau: “Porque te amo, busco en los servicios ocasión de complacerte”.
La espiritualidad palautiana tiene su núcleo en el misterio de la Iglesia, “en Jesús crucificado, mirando en su cuerpo físico el místico y moral de toda la Iglesia”,  “Iglesia llagada”, “llagas del cuerpo moral de Jesús”, “crucificado, indigente, perseguido, despreciado y burlado”. La Iglesia sustenta la vocación misionera de los MILPA, configurada por elementos que la fundamentan desde “la mirada” (oración) y “el amor”(servicio y celebración):
  1. Al prójimo, “imagen viva de Dios, imagen viva de Iglesia”.
  2. A María, “Virgen del Carmen y Señora de las Virtudes, modelo perfecto y acabado de la Iglesia”.
  3. A la Eucaristía, “sacramento que edifica la unidad de la Iglesia”.

Los MILPA viven, como discípulos de Jesús, el compromiso del Bautismo. Cada miembro, desde su estado y situación de vida, se compromete en el servicio de la comunidad de prójimos para avanzar hacia una sociedad más justa, pacífica y solidaria. 

Las relaciones fraternas, oración y compromiso misionero son los rasgos fundamentales que les caracterizan en la vida cristiana (familiar, profesional y social). El estilo de vida MILPA fomenta particularmente:

a) Las relaciones fraternas y la amistad, la sencillez y la cercanía en el trato, la humildad y la valoración positiva del otro, el espíritu de equipo en colaboración y apertura.
b) La defensa de la vida y de los derechos humanos.
c) El interés por la lectura de la Palabra de Dios.

d)La celebración de los Sacramentos y la práctica de la oración.
e) Las prácticas de devoción mariana en diversas advocaciones de la Madre de Dios, especialmente la Virgen del Carmen.
f) La dedicación de tiempo y medios al estudio de la figura y escritos de Francisco Palau, Teresa Mira, Teresa de Jesús y otros santos, maestros y testigos del Carmelo.
g) La educación en valores y la actualización en el conocimiento del pensamiento y cultura de la época, como lo practicara y enseñara Francisco Palau en su famosa Escuela de la Virtud.

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